23/5/19

3.- UN MODELO DE ESCUELA: LA CAJA NEGRA



En uno de los diálogos que Ítalo Calvino intercala en sus Ciudades Invisibles, el Khan pregunta a Marco Polo, el viajero, por qué habiéndole hablado de tantas ciudades no le ha dicho nada de Venecia. Y Polo le contesta: “Cada vez que describo una ciudad estoy diciendo algo de Venecia. Para distinguir las cualidades de las demás ciudades, debe hablar de una primera ciudad que está implícita. Para mí, es Venecia”. 
Todos somos viajeros como Marco Polo y cuanto vemos son ciudades invisibles. Para traer una ciudad a la luz es preciso verla desde una que es modelo o arquetipo de ciudad y así la conservamos en la memoria. Luego, esta especie de visión arquetípica se tiene que desplegar en forma de discurso, en palabras y tiempo, para ser contada; así se convierte en crónica, anamnesis, relato, memoria. A esta memoria remite, para ser efectivamente comprendida —de com-prender, prender con—todo cuanto se manifiesta y sale a la luz del caos invisible de la realidad. 

Voy a utilizar esta idea de Calvino para referirme a un modelo de Escuela —entendiendo esta palabra, “escuela”, en su sentido amplio, es decir, como institución de enseñanza en todos sus niveles y formas. A este modelo que considero hoy en día vigente y operativo en todas partes —que no nos engañen las apariencias con las que la política autonómica reviste la realidad— lo voy a llamar la Caja Negra. La Escuela como institución se nos presenta bajo el modelo generativo —su gramática— de una Caja Negra.
Las Cajas Negras de los aviones nos dicen cómo fue el accidente que no pudo evitarse, pues la Caja Negra no avisa, sino que certifica lo que ya ha ocurrido. Las Cajas Negras que se usaban en la II Guerra mundial para proteger los datos de los equipos de transmisión tampoco podían informar de nada al enemigo, pues explosionaban al abrirlas. Las Cajas Negras que usamos hoy a diario en forma de nuevas tecnologías no sabemos cómo funcionan porque su interior es un misterio cuyo acceso nos ha sido vedado. Aparte de nombrar los artilugios citados, B. F. Skinner usó también este término, Caja Negra, para referirse a la psicología humana y su manera de entenderla y estudiarla, o sea, la psicología conductista.
¿Cómo saber qué ocurre de verdad en la Caja Negra de la Escuela sin que explosione en nuestras manos y nos sirva en cambio para diagnosticar sus averías y orientar su posible mejora? ¿Cómo estudiar una realidad compleja como la Escuela, donde se junta gente, de manera que se pueda estar a la vez fuera y dentro para mantener la complejidad de los factores humanos sin menoscabo de la objetividad del propio diagnóstico? 

Toda gramática, como ocurre con la gramática de la lengua que hablamos, funciona sin pensarla –-todos hablamos en prosa sin saberlo, como el personaje de Moliere —, sin que sea puesta en cuestión. El modelo, la gramática, es lo que no se discute, lo obvio, nuestra mentalidad o manera de leer y entender el mundo que tenemos delante de nuestras narices. Y esto es lo que queremos sacar a la luz para saber qué le pasa hoy a la Escuela que tenemos.


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